Los países más demandados turísticamente de ésta área de Europa son: Bulgaría, Croacia, Eslovenía y Rumania.
Bulgaria, el país de las rosas, donde se une montañas, mar, llanuras, música, bailes y vino. Una gran herencia cultural protegida por la UNESCO, una rica arquitectura del Renacimiento, playas de arena fina y dorada, montañas para practicar el esquí, fuentes termales de aguas minerales a doquier, hacen de este país un destino atractivo. Sofía, la capital, ofrece una vida social muy intensa, una ciudad con mucho encanto y en la que podremos disfrutar de la práctica del esquí.
Croacia, desprende arte, historia y cultura entre sus numerosos lugares monumentales, algunos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Split y Dubrovnik). Cuenta con Parques Nacionales y Naturales, Reservas y una costa con fabulosas playas. De norte a sur podemos destacar: Rijeka, Zadar, Split (ambas fundadas por los romanos), Duvrovnik, denominada como la ciudad más bella del Adriático tras Venecia, y Zagreb, la capital, tiene un bello conjunto urbano histórico. Croacia es un destino, elegido por muchos, para recorrer en velero sus costas y ciudades principales, una experiencia única e inolvidable para los que les guste el mar y la aventura.
Eslovenia, este pequeño y verde país nos sorprenderá por: la hospitalidad de sus gentes, por la excepcional diversidad y bellezas naturales junto con una rica flora y fauna, sus Grutas de Karst, sus castillos, sus casas naturales y por sus delicias gastronómicas.
Rumania, desde relajarnos en el litoral del Mar Negro, subir a la soledad de las montañas de los Cárpatos, explorar el Delta del Danubio, visitar monasterios del norte de Moldavia, deleitarnos con una exquisita comida tradicional acompañada de un vino de aromas únicos hasta visitar el lugar de origen de la leyenda de Drácula, Transilvania.